Hockey
Luciana Aymar: «Todavía no se que hacer con tanta libertad»
Por primera vez en veinte años, disfruta de unas vacaciones largas
Por primera vez en veinte años, disfruta de unas vacaciones largas “sin pensar en tener que volver a entrenar”. Con el corazón libre, busca su destino lejos de Las Leonas.
Fue una semana de trabajo y placer. Si bien llegó a Cariló para cumplir con sus compromisos pautados, la escapada al mar, dice, le sirvió para desenchufarse y prepararse para lo que se viene. «Todo esto es nuevo para mí. Todavía no sé qué hacer con tanta libertad», dice Luciana Aymar (37) en clara referencia a su reciente retiro del hockey profesional. Después de más de veinte años de carrera, «Lucha» colgó los botines el 7 de diciembre de 2014 tras conquistar la medalla dorada junto a las Leonas en la última edición del Champions Trophy, celebrado en Mendoza. Tras el festejo de la victoria, armó las valijas y volvió a su Rosario natal. «Hacía mucho que no pasaba tanto tiempo en casa. Siempre me la pasé viajando y aproveché para estar en familia y con amigas y tratar de hacer una vida un poquito más normal», explica.
–¿Cuál es tu balance de 2014?
–Fue un año intenso. Incluso jugando el Mundial en La Haya, me la pasé pensando si me retiraba o no. Todo el tiempo tuve en mi cabeza el qué hacer después. Lo hablé mucho con mis amigas y finalmente decidí jugar la Champions porque era en Argentina y se convertía en la forma perfecta para despedirme de toda la gente que me acompañó. Soy de las que piensan que cuando las cosas se tienen que dar, se dan y fue el mejor momento para decir adiós. Creo que las chicas del equipo se mataron para que yo viviera mi despedida lo mejor posible. Esta vez, ganar ese torneo tuvo otro significado especial.
–Pareciera que el seleccionado se convirtió en tu otra familia…
–Yo siempre digo que el hockey es una escuela paralela, te nutrís de un montón de valores y te forma. Y para mí, es un estilo de vida. Sé que de acá en adelante va a ser un desafío enorme continuar mi vida lejos de las Leonas.
–¿Eso te genera crisis?
–Completamente. Siento una mezcla de tristeza y melancolía… Pensá que durante veinte años supe qué hacer y adónde ir, mi mente siempre estuvo puesta en entrenar. Mi vida sólo pasaba por eso y ahora estoy sin estructura. La gente todo el tiempo me pregunta qué voy a hacer y la verdad, yo necesito que me dejen tranquila. Todavía no lo tengo claro. Sé jugar al hockey, del resto no sé y tampoco quiero planificar. En este último tiempo me han ofrecido muchas cosas, pero creo que aún no estoy lista para tomar ninguna decisión. No quiero salir a ocupar mi tiempo haciendo algo sólo para contentar a la gente.
–¿Sentís mucha presión?
–Sí, y es tremendo. Siempre me preparé para una cosa y ahora tengo que resetearme y empezar de nuevo. Quiero buscar otra cosa para ocupar el tiempo y, sobre todo, mi cabeza. Es difícil, porque lo que sentía dentro de la cancha no lo voy a vivir nunca más.
–¿Qué planes tenés para este año?
–Tengo ganas de irme de vacaciones. Es la primera vez que puedo viajar sin tener que mirar tanto el calendario de actividades. [Se ríe]. Después voy a seguir con las charlas y clínicas de hockey, pero tranquila. La idea es viajar, disfrutar, enamorarme…
–¿Estás sola?
–Sí, pero muy bien. Estoy tranquila, dejando que las cosas sucedan.