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Leonela Yúdica, la maestra de primaria que es campeona mundial de boxeo
Con 27 años, a fines de julio conservó por segunda vez el título mundial mosca (FIB). «Deseo ser un símbolo de San Juan», asegura.
Hay historias de vida que encantan muchos más que los sucesos deportivos que puedan alcanzar los atletas más calificados. Los contrastes, entre lo esperado y lo impredecible, seducen mucho más a los lectores que al análisis frío y los motivos que justifican la consagración de un campeón.
El boxeo femenino comienza a forcejear con el masculino, mostrando sus nuevas tradiciones. Aparecen personajes peculiares, llenos de color y con una pureza e inocencia ajenas a la naturaleza y a las raíces crueles con las que crecieron los hombres fuertes del ring.
Leonela Yúdica tiene 27 años y, a fines de julio, conservó por segunda vez el título mundial mosca (FIB), en el viejo «Parque de Mayo«, de San Juan, donde pelearon los mejores de esa provincia: los hermanos Catalini, Victor Echegaray, Raúl Vennerdini y Rolando Lahoz, entre tantos. Nació en el pueblo de Santa Lucía, pero a los 13 años se mudó a Chimbas, a 15 minutos de la capital provincial, aspirando ser concejal en las próximas elecciones por el Frente para la Victoria. Su infancia no fue fácil y la presencia de su madre, operaria de una fábrica, tuvo un aporte vital. Quería ser maestra, enseñar y aconsejar a quienes más lo necesitan, y gracias al esfuerzo materno pudo conseguirlo.
Yúdica, invicta en 13 peleas profesionales, tiende a poner distancia con todo lo nuevo. Habla con serenidad y mira con firmeza. No se deja explorar ni descubrir. Charló con la nacion Deportiva tras haber retenido el título ante la nortemericana Tyriesha Douglas. Y hubo que escucharla.
«Empecé a boxear por curiosidad hace siete años. Nos reuníamos en casa a ver boxeo femenino porque nos causaba curiosidad ver a las chicas hasta que un día mi tío me preguntó si me animaba. Ahí comenzó la historia», explicó Yúdica.
-¿Cuál es su origen?
-Vengo de una familia humilde que me dio la posibilidad de estudiar. Egresé con el título de maestra del Instituto Superior Domingo Faustino Sarmiento y mis suplencias comenzaron en escuelas rurales, donde entendí que hablar y meterse en el corazón del alumno es, a veces, más importante que la clase del día.
-¿Qué grados tuvo bajo su cargo?
-Siempre los chiquitos. Primero y segundo. Les cuesta mucho hacerse amigos de lengua y matemáticas. Uno trata, pero les resulta difícil . Adoro enseñar. Sigo anotada como suplente y siempre espero el llamado para completar vacantes, más allá de mi entrenamiento como campeona de boxeo.
-¿Cuáles son sus textos favoritos?
-Me gusta trabajar con libros locales y mostrarles a los chicos dónde viven. Quiero que conozcan la fauna y la flora cuyana. Me gusta salir del contexto clásico. En lo personal, atesoro el libro que narra la vida de Martina Chapanay, una heroína de nuestra provincia.
-¿A los chicos les gusta tener una maestra-boxeadora?
-Sí, nunca lo tomaron a mal. Me dicen: «¿Señorita, le duelen los golpes? ¿Nos enseña a tirar alguno?». Y debo pensar cien veces la respuesta. Los padres son más contemplativos, pero niños de seis o siete años no tienen la comprensión de lo que es practicar un deporte como éste y no estoy segura de cómo lo aplicarían en los recreos o en los tiempos libres. Así que, ¡por ahora no!
-¿Cómo es su carácter arriba y abajo del ring?
-Aprendí a tener paciencia. Soy serena, me pone muy mal que me griten o que me levanten la voz. Sobre todo en el rincón. A veces, cuando la pelea se nos va de las manos y cambia el tono, los freno y les digo: «¡Hablemos como se debe!». La comunicación es clave en la gente.
Se hizo boxeadora en el club Raúl Landini, un gimnasio con casi un siglo de vida que nadie valora. Su entrenador es su tío, Daniel Alcaráz, con quién comparte todos sus sueños. De novio con un maestro mayor de obra, a modo de despedida, dijo: « Quiero ser una atleta tan grande como mi comprovinciano Gonzalo Telechea, que es fantástico en triatlón. Deseo ser un símbolo de San Juan y pelear en el exterior, donde todos puedan verme. Voy aprendiendo día a día. A mi edad, no es fácil este deporte en condición de campeona mundial».
Desde 2012, en un ascenso permantente
Leonela Yúdica nació el 19 de agosto de 1988.Debutó como profesional en 2012 y el 19 de diciembre de 2014 ganó el cetro mundial mosca ( FIB) ante la uruguaya Gabriela Bouvier, en la Argentina. Su primera defensa fue un empate con Vanesa Taborda, el 20 de marzo pasado, en Caseros. Totaliza 13 combates, con 10 triunfos y tres empates, uno de ellos en Chile, ante la local Daniela Asenjo.