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La rutina de «gym militar» desembarca en Punta del Este
El Bootcamp y el Tabata son dos entrenamientos intensivos que ya se hacen en la playa. Quiénes son los famosos que los adoptaron.
“Uno, dos, ¡tres!… ¡Vamos, veinte segundos de flexiones de brazos! Ahora, descanso. ¿Listas? ¡Ya! ¡Veinte segundos de sentadillas! Descanso.” El sol pega fuerte en La Mansa de Punta del Este y el que da la orden no es un militar con un grupo de conscriptos, aunque bien podría serlo. Daniel Tangona, está dando una clase de Tabata Training, un programa de ejercicios basado en un estudio del japonés Izumi Tabata que, en 1997 comprobó que una rutina corta e intensa podía ser más eficaz que un programa diario de ejercicios de una hora para mejorar la capacidad anaeróbica.
“El Tabata es un entrenamiento actual para la gente que no tiene tiempo y para aquellos que no les gusta el gimnasio, sólo hace falta que le dediques entre treinta y cuarenta minutos y tenés todo resuelto: trabajo de resistencia de los músculos y un trabajo cardíaco para la oxigenación del cuerpo”, explica el personal trainer que decidió trasladar esa modalidad a las playas de Punta del Este.
“Al trabajar al aire libre te oxigenás mejor, liberás endorfinas y, fundamentalmente, bajás la hormona del estrés que es el cortisol. La playa es un lugar ideal y el comienzo del año es perfecto para decir no paro más”, explica el reconocido personal trainer.
Son varios los famosos que adoptaron el Tabata: Natalia Graciano, Pablo Massey, Dolores Trull, Graciela Borges, Cristian Sancho, Martín Seefeld, entre otros. Varios de ellos también ya hacen desde hace varios años el Bootcamp, otra disciplina que obedece al entrenamiento militar o, como define Tangona, a la disciplina del ejercicio.
Esta técnica de fitness promete adelgazar o tonificar el cuerpo en poco tiempo, haciendo ejercicios, como salto de soga y sentadillas en circuitos preestablecidos, que incluyen situaciones con distintas exigencias. Aquí puede haber: gomas de autos, vallas de distintas alturas, conos, sogas, troncos, escaleras todo esto sobre charcos de agua, barro, arena y césped.
La idea es sacar al cuerpo de la comodidad, “del tres series de diez famoso” que se ofrece en el gimnasio. “La gente no va a los gimnasios porque no tiene conducta. El hecho de que yo me vista de militar es sólo algo simbólico, el tema es que el que venga tiene que saber que debe aceptar las reglas que les imponemos. Los alumnos vienen y se sienten identificados. El que no acepta las reglas se va. Esto es poner tu cuerpo al máximo desafío dentro de las posibilidades que cada uno tenga”. Daniel asegura que con la motivación que él brinda uno puede pasar de hacer diez flexiones de brazos a treinta en un par de días. “El mismo grupo te va ayudando”, define.
El Bootcamp puede durar desde una hora hasta tres días. “¡Es bárbaro para que la gente libere y grite! Si a una persona le pones un foco de golpe y un guante de box, tiene una liberación y una baja de estrés tremenda”, relata Tangona.
“¿Estás cansada? Bueno, ahora vamos a hacer guantes, vení”, le dice a una de las chicas que enseguida sigue sus órdenes con una sonrisa. En una clase suya, uno no sabe con lo que se va a encontrar. “Puede que le dé una clase de entrenamiento funcional, una de Bootcamp propiamente dicha o una de Tabata.”
“La ventaja de todos estos sistemas es que vos podés sorprender a la gente y que no se aburra. Lo que buscamos es divertir y que se sorprendan”, cuenta este hombre que asegura que en la vida el 90% de lo que hacemos es cerebral.
“Lo que estamos tratando ahora es llevar estos sistemas no sólo a la estética, sino a la salud. Queremos combatir los ataques de pánico, la angustia, la depresión, la ansiedad, el colesterol y la hipertensión, que son los grandes males de la época. Eso es: si yo al culito de la mujer lo puedo parar, me encanta, porque el objetivo de una mujer es ése, pero antes, el 70% de lo que la gente tiene que resolver es la salud y el bienestar general”, finaliza.