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Dietrich: «Este año habrá 3000 bicis amarillas»
Guillermo Dietrich, subsecretario de Transporte porteño, es el impulsor de EcoBici, el programa de bicis de la ciudad de Buenos Aires, que incluye la construcción de la red de ciclovías y el sistema de préstamo de bicicletas amarillas.
Guillermo Dietrich, subsecretario de Transporte porteño, es el impulsor de EcoBici, el programa de bicis de la ciudad de Buenos Aires, que incluye la construcción de la red de ciclovías y el sistema de préstamo de bicicletas amarillas.
Enfrentado en un principio a la incomprensión general, Dietrich logró lo que parecía imposible:que gran cantidad de porteños vayan a trabajar y estudiar en bici, bajando el nivel de estrés de Buenos Aires.
¿Qué balance hacés de 2013, en cuanto a la bici como sistema de transporte?
La realidad es que 2013 fue el año del despegue. Estamos felices, porque esto empezó sumamente discutido, con un olor a utopía. Y hoy la Ciudad de Buenos Aires es una ciudad distinta a la que había en 2010. Es distinta principalmente porque hay un cambio cultural: la bici se incorporó a la vida de la ciudad de Buenos Aires. Hoy yo pasé por una casa de ropa y en todos lados el logo es una bicicleta y en los avisos de las revistas hay bicicletas y los locales de ropa tiene bicis en las vidrieras. Antes era un actor que no existía.
El martes a la noche fui a comer a un restaurante en Billighurst y Díaz Vélez. Llegué a las 21 y cada 5 segundos pasaba una bicicleta. Hace tres años no pasaba una. Podías estar una hora parado y no iba a pasar ni una bicicleta. Eso genera mucha felicidad, muestra que las utopías son posibles.
Me parece que hubo un quiebre cultural, ver que podíamos hacer algo que parecía imposible. Se decía que acá se iban a robar las bicis, y nada de eso pasó.
Te lo hago más amplio, porque la gente decía: “La bicicleta es para Amsterdam, no me interesa hablar de estas pelotudeces, Buenos Aires tiene otras necesidades”. La bicicleta es exitosa por la gente. Allá afuera hay más de 150 mil personas andando en bici todos los días. Es el 3 por ciento de los viajes y empezamos en el 0,3. La gente es la que hizo esta transformación. Nos decían que primero había que ordenar el tránsito, pero hay que hacer todo. Arenales para los autos es un quilombo, pero yo creo que ya circulan más bicis que autos en hora pico. Yo voy con mi hijo de siete años en bicicleta por Arenales. Y me voy a comer con mi familia en bicicleta. Y antes no se me hubiera ocurrido. Esto lo que nos genera a nosotros, que muchas veces tenemos una autoflagelación existencial, es que podemos hacer cualquier cambio.
¿Y qué podemos esperar para 2014?
Lo más importante que viene es la automatización. Los sistemas públicos de bicicletas son un gran impulsor del uso de la bici. Mucha gente descubre la bici a través de la bici pública y después termina comprándose una propia. La venta de bicis, a pesar de las restricciones, es un boom. No sólo aumentó en cantidad sino que cambió el tipo de bici, ahora aparecieron las plegables. Hoy tenemos un sistema de 32 estaciones que opera de 8 a 20 y ahora vamos a un sistema de 200, que va a funcionar la 24 horas. Esto es un sistema de redes, ahora vas a poder combinar 200 estaciones con 200 estaciones, se va a multiplicar exponencialmente. Por eso los 6 mil viajes que hacemos diariamente van a pasar a 36 mil. El número de bicis va a pasar de 800 a entre 3 mil y 4 mil. Obviamente el sistema automático es un desafío de seguridad, porque hoy las bicis pasan la noche en una jaula, pero confiamos en que el sistema nos dé una muestra de civilidad y convivencia. Ahora muchas veces las bicis quedan afuera con una cadena y la gente no hace nada. Las bicis son bastante cuidadas, más allá del desgaste lógico. Ese va a ser uno de los grandes hitos del sistema Ecobici y yo creo que de la gestión.
¿Todas las estaciones van a ser automáticas o va a seguir habiendo manuales?
Siempre va a haber un sistema automático, quizás acompañado por uno manual, para mejorar las devoluciones. La mayoría no va a tener personal.
Yo en París tuve algunos inconvenientes con los sistemas automáticos. Tal vez a la gente le cueste acostumbrarse.
Todo cambio lleva su tiempo y va haber un tiempo de aprendizaje. Acá va a haber muchas alternativas. Vas a tener una tarjeta, o lo vas a poder sacar con el celular.
¿Y va a haber en la Plaza Constitución, que es un lugar con mucho tránsito de personas?
Es muy probable que sí. No está definido. Lo que hay que tener en cuenta en los grandes centros de transbordo es que no seas un generador de frustración constante, porque vos tenés cien bicis, enseguida se las van a llevar.
Un problema que veo a diario es que hay muchas motos en las ciclovías. ¿Cómo piensan solucionarlo?
Estamos en una sociedad con un bajo respeto a las normas. El principal es el automovilista que no le da paso al peatón cuando dobla. Es una aberración cultural. Y no hay muchas ciudades donde esto pase. En Montevideo o Santiago de Chile, el auto para y deja pasar al transeúnte antes de doblar. Y no sólo eso. Cuando hay una senda peatonal y no hay semáforo, el auto para. Acá es cero la posibilidad de que ocurra eso. Tenemos un problema de no respeto a las normas en general. Después, las motos, por la forma en que circulan es un problema de convivencia. Tenemos una red de ciclovías de 100 kilómetros y múltiples demandas de control porque no respetamos las normas, entonces tenemos que estar controlando todo.
Creo que tenemos que ir evolucionando como sociedad. El motociclista tiene que entender que meterse en una ciclovía es una locura. Y cuantos más ciclistas haya, el ciclista también va a ir diciéndolo al motociclista que por ahí no puede andar. De hecho antes estaba el problema de que mucha gente estacionaba en la ciclovía y hoy ese problema no existe. ¿Eso cómo se dio? Porque la convivencia fue evolucionando, porque cada vez hay más bicis y porque los ciclistas les sacaban fotos para que les hiciéramos infracciones. Todo eso hace que sea excepcional que haya autos mal estacionados. La moto refleja nuestro comportamiento en general. En Figueroa Alcorta, a la altura de Obras Sanitarias, me dijeron que en hora pico andan por la vereda. Un auto no va a andar nunca por la vereda, porque no puede, pero sí, en una autopista, se mete por la banquina. O estaciona mal si no hay un agente de tránsito.
¿Y no se podría establecer una zona de exclusión de motos en el Centro, para bajar el nivel de tensión?
Creo que la baja en el nivel de tensión la tenemos que ir logrando con convivencia y no con prohibición. Si no, pagan justos por pecadores, porque la moto no es algo malo para la ciudad. Ocupa menos espacio y contamina menos.
¿Qué consejos te dio la gente de Dinamarca y Holanda que vino a participar delprograma ABC?
Quedaron muy impresionados con lo que estamos haciendo. Lo que ves en Copenhague es una infraestructura de calidad espectacular y nosotros tenemos que seguir avanzando en eso. Vos en Copenhague tenés tachos de basura para ciclistas. Tenés en la ciclovía más grande, donde circulan 36 mil bicis por día, una onda verde para bicicletas. En Copenhague están haciendo seis puentes de conexión solo para ciclistas. En París hoy el ciclista puede ir a contramano y girar con el semáforo en rojo. Se prioriza a los ciclistas. Cuando vas a esas ciudades, querés eso. Y la gente pedalea con frío, lluvia o calor. Y es 10 mil veces mejor moverse en bici que otra cosa. Lo que tienen estas ciudades es mucha infraestructura y en ese sentido le fueron quitando espacio a los autos.
¿Es una locura hacer calles exclusivas para ciclistas?
No tiene sentido. Los ciclistas al comienzo pedían que no los segregaran con ciclovías, pero hay que dar seguridad. En Copenhague tienen calles donde los autos, las bicis y los peatones van en diferentes niveles. Sale una fortuna hacer esto. Esto funciona con la sensación de seguridad, más allá de que estés seguro. Por eso se animan las mujeres y los chicos. Desde que inauguramos las ciclovías no hubo un accidente mortal. En Copenhague no hay calles para cilcistas. Sí fueron haciendo las ciclovías más anchas, lo que eventualmente puede pasar acá. Tal vez hagamos las ciclovías de una sola mano y dupliquemos la cantidad de ciclovías.
¿Eso puede pasar en un futuro?
Yo creo que es probable que pase. Puede ser de acá a 5 años. En una ciclovía más amplia pueden ir tres personas charlando, o hacer un carril rápido. Hoy no tiene sentido, porque no hay tanto tránsito de bicis.
¿Un día como hoy (35 grados) se puede usar la bici?
Cien por cien. La semana pasada hubo un día así y a la mañana caminé mucho y transpiré terriblemente. A partir del mediodía me moví en bici y transpiré menos.
No, porque yo ando, pero en estos días prefiero no.
Lo que tiene la bicicleta es una gran flexibilidad para modificar la velocidad. Vos podés ir tranquilo. Con un esfuerzo mínimo. Jugás con las bajadas, con el semáforo. Es cierto que es más cómodo con mucho frío que con mucho calor. Pero también es cierto que mucho frío te intimida. Es increíble cómo crece el uso de bici en Río, donde hace un calor tremendo. Vos me decís ¿qué es mejor? Ir en una limusina, con un chofer, tomando un whisky, y sí bueno (risas), ¿pero cuántos pueden hacer eso? Dos. Además, el tipo ese tarda tres veces más que el tipo que anda en bicicleta. Además, te subí s a la bici y te cambió el mundo. El otro día venía por Paraguay y Cerrito. Lo miro al pibe de al lado y era un personaje total. Iba comiendo un sánguche de milanesa. Y se produjo una conversación. Eso no se da en un auto ni en el colectivo. Porque estás más conectado. Por eso hay tanta conexión entre los ciclistas.
¿El sistema seguirá siendo gratuito?
Sí.
¿Te da miedo que si gana otra fuerza política estos cambios vayan para atrás? Porque yo recuerdo que una promesa de campaña de Daniel Filmus fue sacar las ciclovías.
Fue su primera promesa. Eso lo que te muestra es, por un lado, que hay un sector de la política que no entiende hacia dónde está yendo el mundo. Porque alguien que se presenta a alcalde de la ciudad, y no entiende que las ciudades van hacia esto… Es lo mismo que alguien que se presenta a presidente no entienda que el mundo va a una globalización donde somos parte de un engranaje y cada uno tiene que generar y recibir cosas. Hoy el mundo es un mundo de ciudades. Los alcaldes tienen mucha fuerza hoy. Porque la mayoría de la gente vive ahí. Y porque los problemas de cambio climático están en las ciudades. Que venga un tipo y diga que las ciclovías son malas para la ciudad, y no sólo eso, sino que dijo que iba a construir grandes playas de estacionamiento en la periferia para que la gente venga en auto, no entiende nada. Por lo tanto, el tipo es alcalde sin pensar un minuto en qué hacer para que la gente pueda vivir bien en la ciudad. Eso te da una alarma. Es una discusión superada en el mundo. Acá viene un tipo con una visión de dinosaurio total, pero por el otro lado tenés una sociedad que reacciona y se tuvo que rectificar. Hoy es imposible volver atrás. Lo que sí te puede pasar es como en Bogotá, que llegó un gobierno que no le dio impulso y se quedaron estancados.
Lo más sorprendente de la ciudad de Buenos Aires es que un gobierno supuestamente de derecha toma medidas priorizando el transporte público. Y la oposición, que es de izquierda, pone el grito en el cielo en defensa de los automovilistas. Es algo que no se entiende y que creo no existe en otro lado del mundo.
Acá claramente vivimos en muchos temas una gran confusión. Yo no creo que exista más la derecha y la izquierda. Lo que existe es gente honesta que hace cosas para mejorar la vida de la gente. Y en una ciudad se ve muy tangible eso. Porque en las discusiones a nivel nacional las cosas son más intangibles. Entonces puede pasar que se diga una cosa y es imposible corroborarlo. Acá, en la ciudad, tenés la posibilidad de corroborarlo. Y tenés la posibilidad de corroborar que Filmus dijo una huevada total, porque en dos años la ciudad cambió radicalmente. Hoy no podría decir lo que dijo. ¿Ahora qué va a decir? La mayoría de la gente, al Centro viene en colectivo, no en auto.
De acá a 10 años cómo ves a la ciudad de Buenos Aires. ¿Puede ser Amsterdam?
Yo creo que si después de estos años, en 2015 se elige a alguien del PRO, para 2019 podemos estar llegando a un 10 por ciento de viajes en bicicleta y convertirnos en la primera ciudad del mundo que, desde cero, llega a los dos dígitos.
Fuente: La Nacion