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¿Cómo superar el miedo a las lesiones?

Las lesiones son situaciones complicadas para cualquier deportista, pero el miedo a sufrirlas es una emoción que paraliza y disminuye el rendimiento.

Cualquier deportista le tiene miedo a las lesiones. El temor a sentir dolor físico y tener que estar una temporada apartado del deporte constituye una situación estresante a la que frecuentemente muchos deportistas se exponen consciente e inconscientemente.

Las lesiones pueden aparecer en cualquier momento, es imposible predecirlas y evitarlas. Por esa razón no se puede vivir preocupado y pensando en el peligro que suponen ciertos movimientos o jugadas. El deportista debe dirigir la concentración a lo que está pasando en la realidad, y no a situaciones imaginarias.

También es muy frecuente encontrarse con deportistas que tras superar una lesión traumática tienen miedo de volver a lesionarse, y por ello evitan realizar algunos movimientos. Traduciéndose esto en una disminución del rendimiento y en una elevada ansiedad.

Dada la importancia de saber tratar las lesiones en el deporte, en este artículo te contamos unos consejos para superar el miedo a las lesiones.

 La mejor forma de superar un miedo es exponiéndose a él

Los miedos se superan mediante la exposición progresiva y controlada a aquello que asusta. Por el contrario, las conductas de evitación lo único que generan es aumentar el malestar.

En el caso del miedo a las lesiones, el deportista guiado con el psicólogo se expondrá, en vivo o en imaginación, a la situación o el movimiento que le resulta incómodo. Esta exposición se tendrá que realizar hasta que la persona relate que el miedo se ha reducido al mínimo.

Esta técnica se conoce como desensibilización sistemática y ha demostrado ser eficaz en el tratamiento de las fobias. Es importante que la exposición sea controlable (de menor a mayor ansiedad) y prolongada en el tiempo. La práctica de esta técnica de forma errónea puede tener un efecto contraproducente y aumentar el malestar.

Mantener el foco atencional en el presente

Aunque parezca contradictorio la mejor manera de prevenir lesiones es no pensar en ellas. El futuro es impredecible e incontrolable, por tanto es contraproducente pensar en todo aquello que podría suceder.

Muchas lesiones se producen por despistes o momentos de falta de concentración. Estar alerta y dirigir la atención al momento presente ayuda a anticipar potenciales peligros o a saber reaccionar mejor ante los imprevistos.

La capacidad de saber manejar el foco atencional se adquiere con práctica, los ejercicios de meditación y mindfulness han demostrado ser eficaces para lograrlo, y así aumentar el rendimiento.

Conoce tus capacidades y comunícate con tu entrenador

En el aspecto físico todos los deportistas tienen puntos fuertes y débiles. Conocer las capacidades y límites es una manera eficaz para reducir el miedo y las dudas cuando se realiza un determinado movimiento.

Un sencillo ejercicio de autoconocimiento consiste en dividir un folio en dos mitades y en una apuntar en una los puntos fuertes y en la otra los débiles. Si este ejercicio resulta difícil se puede pedir la ayuda del entrenador, él conoce a los deportistas mejor que nadie.

Por otro lado, una comunicación asertiva y fluida con el entrenador ayuda a rebajar el miedo. Cuando un ejercicio resulte incómodo o genere dudas es mejor hablarlo con el entrenador y estudiar cómo se podría adaptar.

Aprender a relajarse es fundamental

El miedo a las lesiones provoca una excesiva rigidez muscular. Esto se debe a que el miedo es una emoción que prepara a la persona para defenderse y tensa los músculos en exceso.

Esta tensión muscular está muy relacionada con la aparición de lesiones. Cuando un deportista siente miedo en un determinado ejercicio sus músculos se tensan y le impiden ejecutarlo con fluidez, aumentando la probabilidad de lesionarse.

La técnicas de relajación, como la respiración diafragmática o la relajación muscular progresiva de Jacobson, son de gran utilidad para conseguir el nivel de activación óptimo antes de una competición.

El miedo a las lesiones es un lastre

La mayoría de los miedos son irracionales. Es cierto que una lesión es una situación desagradable y estresante, pero pensar continuamente en lo que podría pasar no ayuda a evitarlas.

El trabajo psicológico relativo a la prevención de lesiones abarca una gran cantidad de variables: concentración, relajación o comunicación, por ejemplo. Requiere un trabajo constante por parte del deportista, superar los miedos no es tarea fácil pero la mejora en la calidad de vida que se produce merece la pena.