Destacada
Comer light o un poco de todo
Cada alimento nos provee de diferentes nutrientes y energía vital. En la calidad y variedad está la clave para incorporar la enorme cantidad de minerales, vitaminas, antioxidantes y enzima que el organismo necesita. Estos nutrientes están distribuidos en frutas, verduras de diferentes colores, cereales, huevos y carnes.
Por más que consumamos alimentos considerados sanos pueden carecer de nutrientes por la incidencia del medio ambiente, la manipulación y la industrialización.
Aprender de los antepasados
Hace millones de años el hombre comía una gran variedad de alimentos: docenas de verduras diferentes, frutos secos, semillas y fibras variadas, pescados, algas y carnes. Con esa dieta evolucionaron nuestras necesidades nutricionales.
La agricultura masiva y los alimentos de alta tecnología pueden haber revolucionado nuestra forma de comer, pero nuestros aparatos digestivos no se han adaptado.
Quizás dentro de diez mil años nuestros cuerpos evolucionen y podamos procesar la dieta actual monótona y simple. Por ahora debemos seguir el modelo antiguo.
La importancia de alternar
Seguir una dieta variada es uno de los mejores modos de evitar la malnutrición, la intolerancia alimentaria y la adicción a un alimento en particular.
Las restricciones que se experimentan cuando uno está «a dieta» generan compulsión y necesidad de ciertos alimentos «prohibidos». Para evitarlo, se recomienda:
* Permitirse variar e incorporar nuevos sabores. Nos ayuda a ser más flexibles con nosotros mismos y a evitar excesos.
* Probar un alimento nuevo cada semana. Puede ser un desafío interesante.
* Ir de compras a lugares originales. Recorrer las ferias orgánicas y los almacenes naturales, donde la amplia oferta nos tentará a probar alimentos nuevos.
* Planificar un menú diferente para cada día de la semana. Evitar repetirlo la semana siguiente, para que la alimentación sea divertida y completa.
* Invitar a cada integrante de la familia a proponer menúes. Si ellos participan también en las elecciones, ¡no recae toda la creatividad en nosotras!
Por María Cecilia Ponce, licenciada en nutrición del Laboratorio ALCAT.