La mañana: momento complicado. Suena el despertador y te querés matar porque dormiste cinco horas con suerte, o programás el celu para que vuelva a sonar en diez minutos, y caés en la tentación de pasar de largo y llegar tarde. Y el espejo que te devuelve la imagen de la nena de La Llamada, y pensás en que sea viernes YA, pero es lunes y llueve. ¿Suena conocido? Bueno, a mí sí, y creía que la única forma de despertarme era con un buen café. Error. El café es genial, te activa durante unas horas pero cuando pasa el efecto de la cafeína el cansancio vuelve multiplicado y uno quiere tomar más. No voy a hablar en contra del café, me encanta, amé el libro de Nicolás Artusi (de verdad es genial), lo tomo aunque sé que no se debe abusar, pero prefiero reservarlo para las ocasiones en que pueda saborearlo mejor, y no como estimulante.
Entre las opciones de un buen desayuno, está la de los batidos. Cada vez son más los lugares que se suman a la «moda» saludable y ofrecen diferentes propuestas para probar: jugos detox, licuado y smoothies. Ellos son aliados para energizarnos, consumir vitaminas y minerales, y eliminar las toxinas. Si bien el clima cálido nos predispone a las bebidas frescas, se pueden tomar durante todo el año con las frutas y verduras de estación. Lo mejor es que sean caseros, y consumirlos apenas preparados, así se evita que se oxiden, por eso nuestra mayor amiga será la licuadora.
Por una cuestión de combinaciones de alimentos, hay frutas que no conviene mezclar, como las ácidas y las dulces, pero sí se las puede mezclar con las neutras, y con otras del mismo grupo. Las dulces van bien con las neutras y las de su grupo. Algunas frutas y verduras son ideales para consumir juntas, porque se potencian y permiten que se incorporen mejor los nutrientes a nuestro organismo.
Desde la Cocina del Círculo, Jésica Estrada nos muestra un gráfico sobre el tema: