El presidente de la consultora Farma Food Care y ex presidente de la Sociedad Argentina de Nutrición, Edgardo Ridner, habló en Clarín sobre las 4 reglas básicas aceptadas por todo el mundo.
¿Cuál es la diferencia entre alimentación y nutrición? No es tan fácil como parece. Alimentación es lo que comemos, una decisión voluntaria que incluye elegir, preparar e ingerir comida. Nutrición es lo que pasa con esos alimentos: digestión, absorción y utilización dentro del cuerpo.
Hace 75 años un médico argentino, el Dr. Pedro Escudero propuso las leyes de la alimentación: la ley de la cantidad, la ley de la calidad, la ley de la armonía y la ley de la adecuación. Estos conceptos fueron aceptados por todo el mundo y siguen siendo tan válidos como el primer día, aunque tal vez podamos perfeccionarlas. Pero vamos a las 4 leyes clásicas.
Cuando hablamos de comer bien, lo que queremos decir es que elegimos un conjunto de alimentos que se ajustan a estos cuatro conceptos. Es frecuente que nos quedemos en la primera ley, la de la cantidad, pensando que “comer bien” es comer mucho. ¿O acaso nunca dijo “yo soy de buen comer” para que lo inviten a un asado abundante? Error. La primera ley dice que la cantidad debe ser suficiente, que no falte pero que tampoco sobre. Si tiene algunos kilos demás, acaba de ganarse la primera tarjeta amarilla por violar esta ley.
Vamos a la calidad. La ley no se refiere a que los alimentos cumplan con estándares de aspecto, sabor o presentación. La calidad significa que contenga los nutrientes necesarios para las funciones del cuerpo. Y eso solamente puede lograrse con la variedad. Si se la pasa comiendo asado de primera con papas fritas de primera regados con vino de primera y nada más que eso, lamento tener que sacarle la segunda amarilla, porque faltan un montón de cosas incluyendo vitaminas y minerales que no están en la carne, las papas o el vino. Pero a no preocuparse que en este juego se aceptan hasta cuatro tarjetas. Y todavía le quedan 2 vidas.
Llega el turno de la armonía. Es más fácil de entender si la llamamos la ley del balance. Un poco de todo en proporciones que se ajusten a los requerimientos de la vida. Como el alimento de nuestras mascotas, que tienen de todo en la proporción justa. Por eso lo llamamos balanceado. Antes de sufrir un ataque de pánico pensando que voy a proponer un balanceado para humanos, aclaro que una alimentación balanceada es fácil de seguir con las cosas ricas que todos conocemos, y basta con mirar todo el panorama incluyendo diferentes comidas a lo largo de la semana para que el reparto de nutrientes quede bien distribuido. Por eso no hay dietas para un día: no hay forma de balancear tantas cosas en un solo día.
Y finalmente la adecuación. ¿Qué quiere decir esto? Que hay personas en diferentes situaciones y eso debe manejarse en forma individual. Quienes estén excedidos de peso deberán disminuir la cantidad, quienes tengan intolerancia a determinados alimentos deberían evitarlos, quienes tengan alguna enfermedad podrían necesitar una alimentación especial.
Estas son las 4 leyes clásicas de la alimentación, y considerando el estado actual de nuestra salud, muchas veces sostenida gracias a muchas pastillas para el colesterol, la presión y otros regalitos de la vida moderna, creo que podríamos pensar en un par de conceptos que no se veían con ojos preocupados en la década de los 40 pero hoy aparecen como la mayor dificultad para encarrilar nuestra alimentación.