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Entrenamiento não tem fim
La pasión por el deporte no tiene límites; los que desafían a la naturaleza cada vez son más, aun las condiciones climáticas más difíciles
El lunes 2 de diciembre un fuerte temporal azotó la Ciudad de Buenos Aires. La mayoría de las personas intentaban resguardarse de la lluvia y los autos buscaban refugio ante la inminente caída de granizo. Sin embargo, en los bosques de Palermo, Rocío Séré seguía entrenando, y no estaba sola. «Yo entreno en un grupo, si arreglamos para entrenar, lo hacemos aunque llueva o hagan 40 grados», dijo.
A pesar del temporal el grupo de Rocío se entrenó normalmente. «No había nadie más, éramos los únicos 15 que estábamos al aire libre, entrenando», agregó.
La pasión por el deporte no conoce límites. En el peor de los casos, se cambia un entrenamiento al aire libre por una sesión de gimnasio, pero nunca se suspende.
Roberto Hermida, dueño de un gimnasio ubicado en Villa Devoto, dice que «aunque esté anunciado que se va a caer el mundo, yo tengo que abrir, hay un par de clientes que yo se que vienen siempre y si no abro me matan».
Según explicó Hermida, los días de calor a la tarde o los días de mucha lluvia hay poca gente en el gimnasio, pero esos que vienen «son los incondicionales».
«Si no voy a entrenar sólo porque llueve, el sábado no rindo de la misma manera, y si llegamos a perder, me muero», dijo Mariana Cortaza, que juega un torneo amateur de fútbol los fines de semana». Y agregó que «el entrenamiento no se cambia por nada, no se deja ni se pospone, aunque llueva y mi familia me diga que estoy loca yo al gimnasio voy igual, una semana sin entrenar es una semana perdida». Además, explicó sonriente que «si las chicas se enteraran que no fui a entrenar porque llovía, me asesinan.
Leonardo Tesan, de 45 años, también considera que el entrenamiento se realiza bajo cualquier condición climática. «La rutina no se cambia, no importa la temperatura ni la lluvia, dijo.
Tesan asegura que suelen mirarlo extrañado cuando entrena por Palermo con más de 30 grados y agrega: «La mayoría entrena a la noche para evitar el calor, yo no».
Las motivaciones u objetivos a la hora de entrenar son variadas, en el caso de Rocío Séré hay dos cuestiones: «Una social, que es ser parte de un grupo que se entrena y compite buscando superarse; y otra personal, que son las ganas de sentirse saludable, con un buen estado físico y de buen humor.
Los bosques de Palermo, los parques Sarmiento y Centenario, y Puerto Madero son algunos de los lugares donde aunque llueva, truene, o hagan 35 grados, va a haber alguien entrenando..
Fuente: Canchallena.com