Actualidad
La música, el mejor amigo del deportista
Las pruebas han demostrado que escuchar música mientras se hace un deporte, no solo entretiene, sino que a su vez reduce el cansancio y aumenta el rendimiento.
Según estudios de universidades de Estados Unidos e Inglaterra, lo que la música aporta al organismo durante el entrenamiento físico no es un efecto placebo del cuerpo. Aumento de motivación, distracción del cansancio y la sensación de que el tiempo pasa más deprisa son algunos de los síntomas por los que atraviesa el cuerpo al escuchar música y hacer deporte. Las pruebas han mostrado que al mezclarse estas actividades se aumenta el rendimiento físico y es posible que la música contribuya a la segregación de compuestos cerebrales (neurotransmisores) que benefician el estado de ánimo.
Un estudio con 30 participantes en la Universidad de Brunel comprobó que las personas que se ejercitan escuchando música, pueden incrementar hasta en un 15% sus resistencia, en una prueba donde se detalló hasta el playlist incluido, que tenía canciones de Queen, Red Hot Chilli Peppers y Madonna, según publicó la revista Journal of Sport & Exercise Psychology.
Es por esto que si sueles hacer ejercicio el escuchar música que te agrade, podrás tener una sesión de ejercicio mucho más agradable y prolongada.
Panteleimon Ekkekakis, profesor en Iowa, afirmó que al escuchar música la gente puede llegar a sentirse bien incluso cuando supera su límite de respiración, ya que cuando alguien hiperventila exhala más dióxido de carbono del debido, ocasionando que los músculos tengan más nivel de ácido y afecten su desenvolvimiento.
Hay otros informes en diversos portales que indican que el ejercicio aeróbico y las funciones fisiológicas básicas (respiración o latido del corazón), constituyen actividades rítmicas, y como el organismo está habituado a ritmos en muchos procesos internos, la influencia de sonidos acompasados ayuda a organizar nuestros movimientos físicos.
Según investigaciones, el heavy metal, el pop o el hip-hop son géneros idóneos para estimular el sistema nervioso y facilitar la conducta física y la expresión corporal, aun cuando las pruebas no son concluyentes.
Los cientificos han detectaron una alta posibilidad de que estos géneros de música contribuyan a generar ondas beta en el cerebro, creación que suele ser un síntoma de una mente intensamente aplicada, activa, y motivada; además de que la música y el movimiento rítmico pueden inducir la liberación de sustancias opiodeas en el cerebro, que están asociadas con el placer y la euforia.