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Luciana Aymar: “estoy bien porque entendí que el hockey ya es mi pasado”

Pasó un 2015 “triste” y ahora “no estoy 10 puntos pero estoy en un 9”. Su soltería, la maternidad y el dinero en una entrevista íntima.

Está delgada. Demasiado, quizá. “Tengo cuatro kilos menos de cuando me retiré…”, dice en el reencuentro con Clarín después de cuatro meses, con la sonrisa blanca de siempre, los ojos más verdes que nunca y esos tiempos que sabe manejar cuando está cómoda y se siente relajada. Para las fotos y para la charla.

“Hablamos poco de hockey”, dirá Luciana Paula Aymar, de 38 años intensamente vividos y una hora más tarde, cuando el grabador por fin se apague y el capuccino ya sea parte de la historia.

-Pero a esta altura de tu vida es mejor hablar de otras cosas.
-Es cierto…
Y ahí repetirá la misma sonrisa amplia del comienzo cuando arrancó el ida y vuelta en una tarde de lluvia y pegajosa en Palermo.

-¿Cómo estás ahora? El año pasado no la pasaste bien después de haberte retirado de las Leonas.
-El 2015 fue un año de transición en el que tuve algunos altibajos anímicos. Más bajos que altos. Cuando las chicas arrancaron los entrenamientos me di cuenta de que yo ya no tenía más todo eso. Y empecé a estar triste y a tapar el tiempo con cosas. Hasta que mi psicólogo me dijo: “Si tenés que extrañar, extrañá; si tenés que llorar, llorá”. Me costó mucho entender eso de no tener la rutina. Yo estuve 20 años con la misma rutina y me costó superar no tenerla o tener algo en qué concentrarse. La verdad es que tuve momentos difíciles. La pasé mal.

-¿Cómo saliste de esa situación?
-Fui empezando a disfrutar y empecé a hacer otras cosas. Me acuerdo que me encontraba con deportistas y me decían: “Lucha, viajá, hacé otras cosas; si no tenés nada que hacer disfrutá del tiempo. Hasta que me di cuenta. Entonces empecé a viajar, a estar con mi familia, con mis amigos. Todavía me quedan muchas cosas que tengo ganas de hacer, pero la verdad es que aprovecho el tiempo en hacer lo que tengo ganas.

-¿Quiénes te ayudaron?
-Muchas personas. Mi familia, mis amigas de Rosario que venían a verme a Buenos Aires, las Leonas vintage… Estaban… no preocupados, porque sabían que ese momento en algún momento iba a terminar, pero estaban angustiados por verme así, tan triste. Entendí que estaba viviendo un duelo después de haberle dado mi vida al hockey.

-¿Hablaste con ex deportistas que habían pasado por esa situación?
-(Mira a los ojos y los suyos brillan más que nunca). Hablé con muchos, aunque muchos no habían pasado lo que yo pasé. Ellos ya no querían jugar más…

-Hablás de tenistas.
-Sí. Ellos ya se habían cansado de su vida. Pero me ayudaron de todos modos diciéndome que habían pasado años sin saber qué hacer. También hablé mucho con Agustín Pichot, Mechi Margalot, Magui Aicega, Marianita González, Sole García, mis amigas de las Leonas. Me decían que este vacío era un vacío lindo que me iba a quedar.

-¿Y ahora cómo estás?
-Todavía no encontré algo que me apasione, pero estoy bien porque entendí que el hockey ya es mi pasado, que extrañarlo es parte de algo que me dio muchas alegrías. También me doy la oportunidad para que la vida me pueda sorprender con otras cosas lindas que no van a reemplazar al hockey, pero que me hacen bien para que mi cabeza se despeje un poco. No estoy 10 puntos pero estoy en un 9. Y estoy tranquila.

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Hace un rato dijiste que habías viajado y eso te ayudó. ¿Qué lugar conociste que te sirvió para superar tu crisis?
-Uno importante fue cuando fui a Roma con mi mamá. Conocí al Papa y fue muy fuerte. Yo no soy creyente sino que les tengo fe a las personas. Y Francisco me generó cosas distintas en cuanto a la religión y a la Iglesia. Además le regalé una camiseta de las Leonas y le dije: “No le va a entrar, pero la puede poner en un cuadro”. Entonces le saqué una sonrisa…

-Salís a cenar o a tomar algo o a bailar. ¿Cómo te miran los hombres?
-En la mayoría genero respeto y distancia porque ven en mí a una mujer exitosa en lo suyo y muy autosuficiente. Si me conocieran realmente verían a alguien independiente, pero normal y sencilla. Entonces se me acercan más los chicos que los grandes porque son menos tímidos.

-¿Seguís soltera?
-Sí, pero no me presiona eso aunque si se da conocer a alguien sería buenísimo. En la situación en la que estoy voy a dar mucho más en una relación, porque cuando jugaba mi prioridad era jugar. Quizá eso no estaba bueno para mi pareja pero fue mi forma de ser y ser de esa manera me hizo conquistar un montón de cosas. Me hizo ser la jugadora que fui.

-¿Te presiona la idea de ser madre?
-No, pero tengo ganas de tener un hijo. Aunque primero quiero conocer a alguien y estar bien, disfrutar y divertirme.

-Hace un tiempo un estudio aseguró que eras la mujer argentina de mejor imagen para el marketing de las empresas. ¿Cómo te llevás con el dinero que ganás?
-La verdad que en esto tengo que agradecerle a mi padre. Muchas veces discuto con él porque es insoportable (se ríe)… Pero es muy prolijo. Desde el momento en el que empecé a ganar lo mínimo, él fue cuidando el dinero. Y me cuidó cada centavo que gané. Después está Carlos (N. de la R.: Prunes, representante también de Emanuel Ginóbili), que también maneja mi imagen y me cuida.

-Si alguien te pregunta cómo te ganás la vida, ¿qué le decís?
-Que hago de todo un poco. Lo que ahorré trato de no tocarlo. Y después trabajo más con mi imagen. Como me dice mi viejo: “Laburá de tu imagen y tené el tiempo libre para hacer lo que quieras hacer”.

-Todo el mundo sabe qué le diste al hockey mundial, pero ¿qué le diste al deporte argentino?
-Mi pasión.

Nunca más a tiempo el dedo índice tocó el stop del grabador..

Una vida que ya es una película
“Terminé dando el sí para la película hace un año porque cuando me vinieron a plantear el tema en 2010, 2011, dije que no estaba en condiciones de tener una cámara que me estuviera grabando todo el tiempo, que no estaba segura, que quería estar enfocada en el hockey y en jugar. Después, ya para el Mundial 2014, acepté definitivamente la propuesta”. Luciana Aymar explica cómo se gestó “Lucha, jugando con lo imposible”, un documental dirigido por Ana Quiroga y producido por Milagros Lay González y Carlos Barrientos que se estrenará el jueves en cines de toda Argentina. La película “está enfocada en mi vida, en todo lo que fui recorriendo y transmite todo lo que las Leonas hicieron”, cuenta la rosarina. “La vi el otro día por primera vez y me impactó mucho verme en una pantalla gigante. Pero es muy emocionante”, agrega. NR

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Fuente: Clarín