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El nuevo DT de Racing femenino

El ex delantero quiere que el equipo juegue en el Cilindro. «No me quiero hacer el importante, pero por ahí puedo aportar algo al crecimiento del fútbol femenino», dijo en entrevista

Héctor Bracamonte es un bicho raro en el ambiente del fútbol. Pertenece a ese segmento de futbolistas o ex futbolistas que se salen de la media. Que son abiertos y accesibles; reflexivos y sensibles; y que le dedican parte de su tiempo a formarse. Por eso no sorprendió cuando se conoció que su primera experiencia como director técnico de Primera en Argentina fuera en el femenino de Racing.

Aunque tenía la oferta de un club que llegó lejos en la Copa de la Liga y otro de Primera Nacional -para los planteles masculinos-, Braca aceptó la propuesta de La Academia y se hará cargo del equipo femenino a partir de este 4 de enero, cuando empieza la pretemporada, y en este inicio de año reparte su tiempo entre la secretaría técnica de Estudiantes de Río Cuarto (actividad que lo mantuvo ocupado en 2023) y la preparación y el armado del plantel femenino para la Copa Federal y los dos torneos anuales (el primer semestre se jugaría una copa y en el segundo el formato sería de liga). «Me lo estoy tomando como un desafío de vida», desliza sentado en la platea del Cilindro de Avellaneda mientras observa cómo sobre el campo de juego un grupo de obreros monta el escenario donde tocará La Renga. Y Braca tiene rock.

Zapatillas de lona celestes, jean y la remera de entrenamiento de Racing cubren la extensión de Bracamonte: flaco y largo, con los rulos bien armados sobre esa cabeza de acero que le valió el cariño de los hinchas de Boca cuando entre el Apertura 2002 y el Clausura 2003 marcó 17 goles (¿habrá hecho alguno con los pies?) e hizo olvidar al menos por un rato a Martín Palermo. Terrenal y carismático, cuando le preguntan por qué aceptó la propuesta de Víctor Blanco, y de Daniel García y Julián Scher -los encargados de la rama femenina del fútbol de Racing- responde: «¿Por qué no?».

«Es la respuesta principal y la pensada porque más allá de que respeto mucho el fútbol femenino esto lo estoy tomando como un desafío de vida. Contra estas preguntas, que obviamente les pasaron a mis amigos y a mi familia cuando llegó la propuesta. Así que, me encanta ser disruptivo y sumarme a este tipo de proyectos, me parece mucho más interesante que cualquier otro equipo que me podría haber llegado a salir. Que me salieron, obviamente. Y decidí por encima de otros que para la gente del ambiente del fútbol, y sobre todo del fútbol masculino, hubiese sido lo lógico», afirma.

-Hubieras ganado más plata, quizás…

-Qué se yo. Ahí también tengo un poco de suerte, puedo elegir los lugares; pude decir ‘este año se lo regalo a mi club, Estudiantes de Río Cuarto’ y laburé un año, y voy a seguir laburando es mi club, es mi ciudad. Estoy con la secretaría técnica y lo disfruté un montón. Y tal vez otro no tiene la misma suerte y tiene que laburar pensando en el dinero todo el tiempo. Yo tuve la suerte de poder hacer una base mientras fui jugador y hoy elegir los lugares donde quiero estar.

-¿Cuáles son los riesgos que corrés?

-Los riesgos que corro parten desde el prejuicio. Estamos en una sociedad que todavía le cuestan algunos cambios. Una de las preguntas del equipo que me quería contratar era: ‘¿Pero podés volver después al fútbol masculino?’ Y yo digo, es fútbol, no dejan de ser once contra once y una pelota de por medio con ganas de vencerse con armas legales o no, pero es fútbol. Y en este momento me pegó por ahí más que nada por el desafío de verme en ese lugar. Y no sé, no me quiero hacer el importante, pero por ahí en este lugar puedo aportar algo desde mi visión o de mi experiencia y ayudar también al crecimiento que está viviendo el fútbol femenino.

-¿No corrés riesgo también que te acusen de «aliadín»?

-Sí, lo entiendo. Pero creo que es un riesgo que hay que correr. Prefiero correr el riesgo. A todos los entrenadores del femenino les pasó. Cada vez que fueron a dirigir el femenino por primera vez les pasó, seguramente habrán tenido los mismos miedos que tengo yo o las mismas inquietudes y estoy consciente de que puede pasar eso. Ahora, vengo a aprender, a mí desde ese lado me va a venir bárbaro que me paren el carro, que me llamen la atención cuando no haga las cosas bien o cuando tenga algún error. Porque soy humano y los voy a tener siempre, no va a ser la excepción. Así que yo estoy abierto, las orejas, los ojos; atento desde que dije que sí.

-¿Cuánto te pudiste meter en el conocimiento de la liga, del plantel de Racing, de las jugadoras en general?

-A mí el femenino me gustó siempre, iba a la cancha regularmente, obviamente no puedo negarlo era en Boca, cuando estaba en mi proceso de entrenador en Boca estuve muy cercano al proceso del inicio del fútbol profesional y Boca fue pionero en eso. Con Meloni (Christian, ex DT de Boca femenino), nosotros entrenábamos con Reserva y femenino a la misma hora y en el mismo lugar, entonces tuvimos una comunión con las chicas que yo admiro desde esa época, porque ahí sí que la peleaban. Hoy están creciendo, pero un poquito mejor. Hoy se televisan todos los partidos, se juegan en canchas buenas, en estadios. En esa época se jugaba en un sintético que te quemaba las patas. Y gracias al esfuerzo que pusieron muchas de ellas en ese momento hoy tienen lo que tienen. Entonces más o menos en las velocidades, en el juego estaba empapado, incluso la parte táctica. Y después al ir viendo también cuando te llega la propuesta, cuando puede haber una posibilidad, te metés de lleno. Así que estos últimos dos meses me vi todos los partidos que pude. Los de Racing todos y de paso voy viendo de otros rivales como para estar atento a lo que me puedo llegar a enfrentar.

-Racing viene de hacer un buen torneo, terminó segundo en su zona y perdió por penales en cuartos, está para pelear…

-Bueno, parte del desafío también pasó por ahí. Si bien vos decís, Boca está un paso por encima, está bueno estar en el escalón siguiente porque un accidente lo puede tener o vos tenés una buena tarde y te igualás. Entonces, vengo a eso, a competir. A mí me encanta la competencia y la formación. Y de repente me pasaba que trabajando en juveniles tenía que dejar de lado lo competitivo para pensar en lo formativo. Y cuando estaba en el profesional (NdeR: dirigió a Cerro Largo de Uruguay) me hubiese gustado mucho más trabajar en lo formativo de los jugadores, que tenían muchas falencias y no en lo competitivo y me terminaba jugando en contra también. Entonces me parece que este es el lugar excelente y exacto para fomentar esas dos pasiones que tengo yo: a mí me gusta ganar y si juego a algo es para ganar, y si encima voy a ser reconocido a lo que pueda agregar como formador, estoy en el lugar adecuado.

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-¿Qué tan involucrado está Racing con el fútbol femenino?

-A mí me sorprendió, la verdad. El apoyo que tienen, el lugar donde se manejan, la gente como me trató; desde el primer día no dejo de asombrarme. Incluso con el tema de las notas, la atención que estamos teniendo. Me siento muy bien, muy cuidado y estoy atento a todo lo que pasa. Hoy saludé al vicepresidente, estuve con el entrenador de Primera (por Gustavo Costas), las mismas jugadoras son parte del club. Acá no hay masculino o femenino en redes, sigue siendo Racing. Entonces hay un montón de cuestiones que te ayudan a que sea más ameno y que sea más familiar.

-¿Podés fichar jugadoras? Reunirte con un dirigente y decirle ‘necesito una ocho’…

-Hay gente encargada de buscar jugadoras. A mi desde que llegué me están diciendo ‘che, podemos contratar a tal o cual jugadora’. Desde que llegué estamos viendo el plantel, que si bien está muy completo algunos refuerzos vamos a traer porque algunas también se van. Y en eso estamos también ahora, hablando con las jugadoras, con las que tenemos, con las que se pueden ir, con las que van a venir.

-¿La idea es jugar en el Cilindro?

-¿El Cilindro?, si se puede, a entrenar todos los días vendría yo. Y a jugar, ¡pero más vale! Se ha peleado desde acá, desde la directiva para que pase. No se dieron las condiciones este semestre, pero voy a insistir para que sí pase. Porque parte de la profesionalización va por ahí. Jugar en un estadio no es lo mismo que jugar en un predio, por más que tenga tribunas, son dos cosas diferentes. Entonces queremos dar el salto. Lo damos desde la directiva, con dos o tres partidos en el torneo que se jueguen en el estadio y abrirlo para la gente, y promocionar que se va a jugar en el estadio y queremos que vengan a apoyar. Hay un montón de cuestiones administrativas y dirigenciales que se pueden hacer y creo que una es esa: que el femenino juegue acá, en el Cilindro.

-Hay una frase instalada que dice que como «el femenino no es redituable» no tiene impulso…

-A ese mismo empresario habría que preguntarle cuando inició con su negocio si inició ganando plata. Los empresarios que piensan así son los que su papá hizo la plata, así nomás. Y ellos heredan un montón de plata, entonces empiezan ganando dinero. Esos nunca tuvieron que invertir de verdad. Que diga ‘tengo diez pesos en mi billetera y tengo que invertirlo para empezar a ganar’, nadie de los que piensan así tuvo que hacer eso. Los que piensan diferente son los que saben que hay que invertir primero para después recibir el rédito. No existe un negocio que venga primero el rédito y después la inversión. No lo conozco. Entonces es una apreciación muy errónea de los clubes, de los directivos, de los empresarios creer que de esto va a venir un rédito gratuito, así porque sí, porque a nosotros nos gusta el fútbol. ‘Al argentino le gusta el fútbol entonces va a venir el dinero’, no. Tiene que haber un apoyo y no solamente monetario. Si Racing juega en la cancha de Racing acá debería haber por lo menos 10 mil personas, entonces ahí hablaríamos de un cambio, de un apoyo de la gente y si por ahí ese empresario que quiere jugar a ganador y ve que hay 10 mil personas dice ‘Uy, si les vendo un gorrito a cada uno’, capaz que va y compra gorritos para venir a vender. Solo por dar un ejemplo cualunque y práctico. Por eso mismo hay que, desde todos lados, empujar, impulsar y convencer.

-Los derechos televisivos del torneo femenino hasta aquí eran de los medios públicos, ahora no se sabe qué va a pasar…

-Yo creo que sería un error grande. El potencial que se generó, y lo que yo vi, porque mi sobrina de 9 años juega al fútbol. Si hubiese nacido diez años atrás no estaría haciendo fútbol. Estaría haciendo hockey, baile, gimnasia artística; a lo sumo voley o básquet. Hoy tenemos un abanico gigante de chicas que dentro de diez años, para mí, somos potencia casi como en el masculino. Porque nosotros vivimos del fútbol más allá del género. Esa pasión nos hace diferentes, nos hace mejores, nos hace más profesionales, más concentrados, más aplicados. Si encima venimos con historias de pibas que a los 5 o 6 años empiezan a patear la pelota y no como las actuales profesionales nuestras que jugaron con varones en clubes, que fueron siempre resistidas, ninguneadas. Eso no va a pasar más. Entonces vamos a tener una generación de grandes jugadoras de fútbol, pero no hay que apagar esa llama. Sería un gran error. El fútbol masculino se puede bancar solo, pero el femenino necesita todavía del apoyo de todos. Y sobre todo esta última etapa que estaban casi todos los partidos filmados. Entonces, quieras o no, el femenino de Racing lo pasaban por Youtube y lo miraban 4 mil o 5 mil personas.

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-Ahora parece que estamos en tiempos en los que el mercado regula todo…

-Bueno, pero va de la mano con lo otro. Sería un error que todo lo logrado se vaya para atrás. Yo entiendo que hay algunos mercados que sí se puedan bancar solos porque ya está la rueda circulando. En el campo, será un peso más o un peso menos, pero el círculo ya está. Ahora, si vamos a hablar del fútbol femenino es un proyecto en crecimiento que necesita del apoyo de todos. Esto no va a la par del mercado. Entonces hay que sacarlo del mercado e ir invirtiendo, si más gente se sigue sumando obviamente va a pasar a ser mercado y va a tener su propio valor. En Estados Unidos el fútbol femenino es fuerte, tiene su mercado y gira solo.

-¿Tenés alguna reflexión sobre lo que pasó con las elecciones en Boca?

-La verdad es que presté muy poca atención. Sí sé que se jugó ya externo a Boca, a un nivel político. Yo de Boca tengo un recuerdo hermoso, nada más. Y lo que me garpó siempre fue la gente. Lo que me une a Boca sigue siendo lo más lindo de Boca, que es la gente. Las alegrías me las dio siempre la gente de Boca, y mis compañeros cuando jugábamos. Yo a Boca vine a los 18 años, a jugar juveniles, entonces me formó como persona. Me dio de comer, porque yo estaba en la pensión; me consiguió clubes cuando yo no tenía lugar. Después, lo que pueda opinar de una directiva o de otra es una cuestión particular que no le importa a nadie.

-Bueno, pero en esas elecciones se planteó el debate de las Sociedades Anónimas Deportivas…

-No tengo mucha idea de lo que son, tampoco puedo decir mucho. Acá hay clubes que parecen Sociedades Anónimas también. Nosotros somos muy presidencialistas en los clubes y se termina haciendo no lo que quiere la gente solamente sino lo que quiere el directivo del momento. Son SA cada cuatro años. Hay un gris en eso. Yo banco más este tipo de cuestiones, el club de barrio. Para nosotros, en Estudiantes de Río Cuarto, el esfuerzo que hizo para llegar donde está no fue gracias a una persona o a una empresa. Fueron muchos años de crecimiento paulatino, en el predio, en el estadio, en los jugadores y en la sociedad de Río Cuarto. Y hoy hay 500 chicos que van al club a jugar y a lo mejor hace ocho años cuando estaba en el Federal B iban 200. Entonces la masa de socios creció, la masa de jugadores creció, hay nuevas actividades. Entonces yo creo que los clubes más chicos son los que tienen que defender esto, porque los grandes… Es más, en Boca se habla de un montón de cuestiones, pero hasta hace poco Boca era fútbol nomás. Y solo fútbol, y masculino y ni las inferiores importaban. Y de repente ahora hay un mercadito más: apareció el voley, apareció el fútbol femenino, hay nuevas actividades. Entonces hay un crecimiento social. A mí lo que me gusta es el deporte y eso lo hace la gente.

-Pero está ese fantasma del jeque árabe que llega con una valija de dólares y promete un estadio para 80 mil personas…

-¿Y pero a qué vendría? A invertir. ¿Entonces? No dejemos que lo haga un qatarí, o un árabe o cualquiera… Si lo podemos hacer nosotros. Obviamente que los números pueden ser mayores, pero qué se yo. Dependerá de los clubes, a mí no me hace gracia el tema, los clubes y el fútbol en Argentina son ejemplo porque educan, siguen sacando pibes de la calle y seguimos siendo competitivos, y sigue siendo negocio. Así como está, así que tan mal no está.