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De 1200 a 6000 calorías: ¿cómo se alimenta un atleta olímpico?
Es lo que come un deportista, según su especialidad; mirá cómo es el comedor de la Villa, donde se sirven hasta 60 mil platos por día y hay un Mc Donalds.
En el comedor de la villa olímpica pueden compartir un almuerzo hasta 5 mil atletas a la vez. Para dimensionar el tamaño habrá que pensar en el patio de comidas de cualquier shopping, aunque seguramente sea escasa la comparación. Entran y salen deportistas de todo el mundo y según su deseo se direccionan a los distintos mostradores, en donde se sirven hasta 60 mil platos por día. En un rincón del inmenso salón, Mc Donalds -uno de los sponsors de los Juegos-, ofrece sus clásicos menúes; seguramente, la opción que eligen los menos rigurosos con las dietas de alto rendimiento.
Según cada deporte, los habitantes de la Villa Olímpica pueden encuadrarse en grupos de alto consumo energético (6000 o más calorías por día) como los nadadores, ciclistas, remeros o basquetbolistas, o los grupos de bajo consumo energético (1200 calorías por día) como las bailarinas, las patinadoras, o las gimnastas. La alimentación no es un tema menor para los que conviven en la ciudad olímpica y son muchos los que se tientan con pasar y llevarse una hamburguesa completa con papas frítas, menú que aporta, nada más y nada menos, unas 1000 calorías.
Para una correcta respuesta física hay que tener en cuenta factores tales como el tamaño corporal, la edad, el sexo, el desentrenamiento y el período de entrenamiento. ¿Qué debe comer, entonces, un deportista durante un Juego Olímpico? «Una correcta ingesta energética permite que el atleta conserve un peso adecuado y permitirá que optimice su rendimiento deportivo. Así podemos hablar del estrecho vínculo entre una dieta equilibrada, el rendimiento, y la salud del atleta», explica el Doctor Héctor Kunik, Presidente de la Asociación Metropolitana del Deporte. «El esquema nutricional de un deportista es una ecuación matemática en la que la ingesta energética y el gasto calórico deben equilibrarse. Para hacer posible este logro deberá entrenarse y consumir alimentos variados con proporciones adecuadas de hidratos de carbono, grasas y proteínas que cumplan con las funciones energéticas requeridas», amplía Kunik.
El combo de Mc Donalds es gratis para todos. En Pekín, se pagaba, era como un servicio adicional. Aquí, no. Hay combos comunes y la diferencia es que hay más hamburguesas de pollo como opciones. Los helados salen bastante.
Para José Meolans, nadador argentino que compitió en los Juegos de Atlanta 1996, Sydney 2000, Atenas 2004 y Pekín 2008, lo fundamental es la dieta equilibrada: «No recuerdo cuántas calorías comía yo, pero confiaba mucho en mi nutricionista y los profesionales que trabajaban conmigo. Lo fundamental es comer sano», explica. «Al entrenar de cuatro a seis horas por día te podés dar el lujo de comer una hamburguesa sin que pase nada», opina. Sin embargo, advierte sobre repetir una mala alimentación en forma sistemática: «Con el paso del tiempo lo vas notando, pero si una semana no comiste adecuadamente, llegás al fin de esa semana más cansado que de costumbre».
El problema se nota cuando se abandona el deporte y se mantiene la ingesta de calorías en abundancia, como si la persona conservara la identidad de atleta. «El resultado es evidente: incremento del peso corporal y desarrollo de patologías tales como la obesidad, la diabetes, la hipertensión arterial o el aumento de los valores del colesterol; todo ello se traduce en la tendencia a generar situaciones que ponen en riesgo la vida. En estos casos el atleta deja de serlo para convertirse en un paciente», concluye Kunik.
El gran comedor olímpico se divide según las costumbres culinarias: «Europa, Mediterránea y América», «Africa y Caribe», «India y Asia» y «lo mejor de la comida inglesa».