Hasta hace algunos años, el sobrepeso y la obesidad eran vistos como problemas de los países desarrollados. Sin embargo, en la actualidad, esta epidemia ha crecido a una velocidad alarmante en los países de bajos y medianos ingresos. Hoy existen en el mundo alrededor de 42 millones de niños con sobrepeso, de los cuales más del 80% vive en países en desarrollo. La Argentina, según la Organización Mundial de la Salud, presenta el porcentaje más grande de obesidad infantil en niños menores de 5 años en América latina con un 7,3% de prevalencia.
Para hacer frente a esta realidad, el Grupo Pediátrico de la Sociedad Argentina de Nutrición (SAN) presentó una guía para el abordaje de la obesidad infantil. La doctora Olga Ramos, coordinadora del informe y directora de la carrera de Nutrición Pediátrica de la Facultad de Medicina de la UBA, asegura que «la base de cualquier tratamiento para combatir esta problemática debe ser un plan de alimentación moderadamente hipocalórico (bajo en calorías) combinado con actividad física y educación alimentaria, tanto del chico como de su familia».
Asimismo, la especialista indica que no se recomiendan dietas de muy bajo valor calórico para los niños y adolescentes, «ya que no sólo provocan el efecto rebote, es decir que el paciente gana peso rápidamente al suspender el tratamiento, sino que, además, ellos se encuentran en una edad de plena evolución y se corre el riesgo de que no sólo pierdan tejido graso, sino también tejido muscular».
Además, Ramos resalta que la palabra prohibido tiene que desaparecer. «Nosotros decimos que no hay alimentos prohibidos, sino que algunos no conviene ingerirlos con frecuencia», aconseja Ramos. Lo ideal, recomiendan desde SAN, es que se cumpla con las siguientes proporciones diarias: 50% de hidratos de carbono, 20% de proteínas (en especial las de origen animal) y 30% de grasas. Manteniendo estas proporciones, lo que se debería reducir son las porciones.
En contextos vulnerables
Lo cierto es que, a la hora de alimentar a sus hijos, las familias de contextos vulnerables presentan mayores dificultades para hacer frente a este desafío. Martín Suárez, médico y licenciado en Nutrición de la Fundación Educacional -que trabaja para construir hábitos saludables-, explica: «Los chicos copian e imitan todo lo que ven y, entre los padres de los estratos económicos más bajos, hay una gran falta de cultura culinaria y un amplio desconocimiento en estos temas».
Por otro lado destaca que «hoy, para tener una alimentación variada y completa -que incluya el consumo de carnes, verduras y lácteos- se requiere una gran cantidad de dinero. Entonces, para las familias de escasos recursos, resulta más económico reemplazar aquellos alimentos por los que son ricos en grasas y azúcares».
Tips para padres
Dieta moderada
No se recomiendan dietas de muy bajo valor calórico en niños para evitar el efecto rebote y que pierdan masa muscular
Las proporciones
Lo ideal es que se cumpla con las siguientes proporciones diarias: 50% de hidratos de carbono, 20% de proteínas (en especial de origen animal) y 30% de grasas. Manteniendo esto, lo que se debería hacer es reducir las porciones
Sin prohibidos
Sostienen que no hay alimentos prohibidos, sino que algunos no conviene ingerirlos con frecuencia