Londres 2012
La gendarme argentina que compitió en un Juego Olímpico
Se llama Patricia Bermúdez -quedó eliminada en primera rueda- y llegó casi por accidente a participar en lucha; para poder entrar en su categoría debió perder peso y hasta se cortó el pelo para «bajar 400 gramos»; trabajó en cortes de ruta y actos de la Presidenta.
La ilusión de Patricia Bermúdez se desvaneció en el primer combate. La historia de esta santiagueña, de 25 años, es por demás particular. Ella trabaja como gendarme en Buenos Aires y el deporte en el que compitió, la lucha libre, no era su especialidad. De hecho, llegó casi por accidente: «Yo hacía judo, pero en un torneo en 2008 me llevaron porque no había representantes femeninas. Yo fui de caradura. De hecho, al principio detestaba la lucha», cuenta sobre su primera aproximación a esta disciplina que, finalmente, la hizo conocer por dentro un Juego Olímpico.
Bermúdez se metió en los vestuarios sin poder ocultar su llanto. «No estoy muy bien, lamento quedar eliminada, esperaba dar un poco más», es lo primero que dice. Su dolor esconde dos años de sacrificio. «Me sorprendió que en esta preparación que hice avancé mucho, pero acá están las mejores de todo el mundo. Son atletas que cuentan con mucha preparación, tienen alrededor de 32 años y yo tengo 25. No hay secreto, tengo que entrenar más duro», explica Bermúdez.
La gendarme, que trabaja en el edificio Centinela, ha cumplido funciones en actos de la presidenta, cortes de ruta y disturbios en la vía pública. «Amo lo que hago, me gusta mi carrera. Ahora estoy como administrativa y pude tener algunas horas de licencia para poder entrenarme», explica Patricia, de apenas 1, 50 metros.
¿Se habló de sacrificios? «En 2010 tuve que bajar 16 kilos para poder dar el peso. Empecé a competir en 51kg, pero en realidad yo pesaba 53 porque había dos kilos de tolerancia», dice. En los Juegos de Londres esa categoría, la de 51kg, no figura como olímpica por lo que Bermúdez debió bajar tres kilos más para entrar en la categoría de hasta 48kg. Ella recuerda: «En Guadalajara no di el peso bien, fui al sauna todo, y no podía. Así que tuve que cortarme el pelo y así bajé 400 gramos más».
Ahora, para la gendarme es tiempo de pensar en su trabajo como oficial administrativa y de apostar a Río 2016. Ella asegura que aún le quedan por delante dos Juegos más.