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La historia de la atleta que escapó de un secuestro
Adriana Archieri (40) se arrojó del auto en el que la tenían de rehén. Qué dijo su mamá.
Todo comenzó el miércoles pasado, cuando Adriana Archieri (empleada administrativa y maratonista) fue a cenar a la casa de su madre con su hermana, María Julia Archieri (30) y su amiga Patricia Aguilera (52) en la localidad de Florida, Vicente López. Cuando regresaban a medianoche a sus hogares fueron secuestradas en un auto por delincuentes que amenazaron con cortarles los dedos, violarlas y matarlas.
A la altura de Liniers, Adriana se arrojó del auto. En represalia, los ladrones le dispararon y le pegaron un tiro que le entró por la espalda y le perforó un pulmón.
Los ladrones siguieron escapando con las otras dos cautivas, que empezaron a gritar al escuchar el disparo y fueron golpeadas por los delincuentes. Un poco más adelante, los agresores optaron por empujar a las mujeres del coche en movimiento.
Las víctimas fueron auxiliadas por policías, un automovilista y un colectivero que pasaban por el lugar. Fueron trasladadas al Hospital Santojanni. Allí, Adriana fue operada para sacarle la sangre del pulmón y estuvo dos días en un coma inducido hasta que el domingo se despertó de la operación. Las otras dos mujeres recibieron curaciones por los golpes que sufrieron pero estaban fuera de peligro y con alta médica.
En diálogo con Perfil.com, la madre de Adriana (Elisa Ríos) dijo que su hija tiene buen pronóstico de recuperación a pesar de que la bala le atravesó el pulmón ya que es deportista y su buen estado físico ayuda. La mujer participa de competencias de triatlón, hace natación, atletismo y es maratonista. Es empleada pública, al igual que su hermana María Julia.
Las mujeres fueron interceptadas por tres delincuentes en Mitre y Roca, en Florida, cuando circulaban con el Peugeot 308 de Patricia. Los delincuentes viajaban en un Peugeot 206. En principio dos de los hombres se subieron con dos de las mujeres en el auto de Patricia mientras que el tercero los seguía en su coche con otra mujer. Antes de llegar a General Paz las metieron a las tres juntas en la parte trasera del vehículo de los delincuentes. Las obligaron a tirarse y mirar sólo el piso.
Los ladrones, según le contaron las hermanas a la familia, se pusieron muy violentos. “Les decían que que las iban a violar, que iban a llevarla a la casa de un tal Pedro” , dijo la madre de las Archieri. Cuando robaron el celular de Patricia y vieron que tenía fotos en un barco y en una moto de agua, pensaron que era una mujer de dinero. “La amenazaron con cortarle los dedos con un alicate que les mostraban si no iban a la casa y les daban plata ”, apuntó.
Adriana tomó la decisión de arrojarse del auto al asfalto cuando pasaron por un lugar donde ella recordaba que había un puesto policial. Fue cuando estaban por entrar a Capital Federal, en General Paz y Emilio Castro, en Liniers. Al tirarse, uno de los delincuentes le disparó: la bala le entró por la espalda y le salió por el pecho, perforándole un pulmón.
La víctima quedó tendida pero un policía que escuchó la detonación fue a ver qué pasaba y con un automovilista la ayudaron . “Llamaron a la ambulancia porque perdía mucha sangre. Tuvo que esperar unos 20 minutos y después la derivaron al Santojani, donde la atendieron inmediatamente.
Las otras dos mujeres fueron empujadas con el auto en movimiento al llegar a Alberdi y General Paz, donde recibieron ayuda de un colectivero. Las tres volvieron a reencontrarse recién cuando fueron asistidas en el hospital. Fuentes policiales dijeron que aún no se sabe nada de los hombres que las secuestraron.